Edificar una comunidad de discípulos que creen en un Dios santo y cercano

Quien controla todo para Su gloria y nuestro bien; que entienden y viven el evangelio de la cruz, en cada área de la Biblia y de sus vidas; y que impactan su entorno con la eternidad, desde sus vecindarios hasta las naciones; en el poder del Espíritu, para la gloria del Dios Trino.

Creemos en un Dios extraordinario

Alto y sublime. Cercano y presente. Que conoce y orquesta todo según Su buena voluntad. Un Dios santo y justo, y abundante en amor leal. Que justifica a todo el que se arrepiente de su pecado y corre a Jesús en arrepentimiento y fe.

Nuestras vidas tienen forma de cruz

Buscamos que la verdad del Cristo crucificado sea evidente en todo lo que hacemos. Nuestros sermones. Nuestras canciones. Nuestra consejería. Nuestro discipulado. Nuestra identidad.

Somos un pueblo de la Palabra

La Biblia es un libro vivo. En cada Palabra de la Escritura Dios ha revelado Su voluntad. Allí encontramos nuestra completa y firme base de fe y práctica, como iglesia, como individuos, como familias y como sociedad.

Somos una iglesia que dice sí

Sí al evangelio. Sí al servicio. Sí a la gracia. Sí a la obediencia. Sí al sacrificio. Sí al perdón. Sí a la santidad. Sí a los necesitados. Sí a aquello que Dios le dice que sí, conforme a la visión de nuestra congregación.

Nuestras familias van delante

Anhelamos que cada miembro de nuestra congregación pueda cumplir con su rol dado por Dios en su hogar, para entonces buscar cumplir su rol en la familia de la iglesia.

Medimos el éxito en fidelidad

Nuestro mayor anhelo es ser fiel a todo lo que el Señor ordena en Su Palabra. Nuestra labor es sembrar: Dios se encargará de fructificar nuestros esfuerzos.

Medimos el crecimiento en comunión

Dios nos salvó para acercarnos a Él, y acercarnos los unos a los otros. En la medida que crecemos en nuestra vida espiritual, vamos entrando en una comunión más profunda con Dios.

Buscamos el bien de nuestro prójimo y nuestra ciudad

La iglesia es el agente de preservación de la sociedad, y nuestra iglesia quiere preservar todo nuestro alrededor. Cuando las verdades eternas de la Escritura se encuentran con la realidad de este mundo caído, debe haber un impacto tangible.

Buscamos la excelencia en la práctica

Todo lo que merece ser hecho, merece ser bien hecho. Nuestro Dios es un Dios majestuoso y de excelencia, y nuestro servicio a Él y a los demás debe reflejarlo.

Queremos dar a conocer su nombre

El nombre de Jesús debe quedar impregnado en la mente de cada miembro de nuestra iglesia, delante de quien se doblará toda rodilla. Todos nuestros nombres pueden ser olvidados y serán olvidados, pero el nombre de nuestro Señor será siempre exaltado.